Situado en la planta baja de un edificio de viviendas en un barrio eminentemente residencial, nos encontramos con un local comercial en bruto que mutaremos a vivienda acogedora, flexible y luminosa.
Aunque de reducidas dimensiones, el local cuenta con ciertas virtudes: se trata de un local con doble orientación de modo que se accede por su fachada norte a cota de calle mientras que en su vertiente sur dispone de mayor longitud de fachada y se encuentra elevado respecto a la calle. A esto hay que sumar la generosa altura libre interior que redundará en la amplitud del espacio final. La propuesta trata de lograr una vivienda acogedora, flexible y luminosa aprovechando estas virtudes dotándola además de intimidad.
La paradoja de Reducir para Ampliar: la operación consiste en reducir superficie interior de vivienda mediante la introducción de dos espacios exteriores con los que conseguimos dotar de mayor privacidad a la vivienda a la vez que se multiplica la sensación de amplitud abriendo grandes ventanales a estos espacios que actúan como filtro entre el interior y el exterior. Un patio de entrada a modo de zaguán o cancela en el acceso norte, filtra las vistas desde la calle, y una espaciosa terraza al sur ilumina el resto de la vivienda.
Patio de entrada y terraza en frentes opuestos de la vivienda conforman la distribución junto con un mueble central que contiene la cocina, vestidor y todas las instalaciones.
Se ejecuta una nueva envolvente térmica mediante un trasdosado interior con generoso aislamiento térmico, carpinterías exteriores de altas prestaciones y acondicionamiento mediante aerotermia y suelo radiante.
La vivienda cuenta con cocina-comedor-estar, un baño, un dormitorio, una terraza a la calle trasera (tendedero exterior protegido de vistas), y una entrada protegida a la calle de acceso a la vivienda.
Todas las estancias tienen ventanas a la calle, no hay estancias interiores.